En un momento donde los políticos son las personas menos creíbles casi del mundo, es raro ver a gente reunida en la puerta de la casa de un hombre que fue Presidente de nuestro país. O sea, no me imagino cómo será en el caso de Menem, De la Rúa o cualquiera de los dos Kirchner, que son los presidentes con los que yo prácticamente viví. Sin embargo, cuando nací era Raúl Alfonsín el que estaba al mando y más allá del partido político, de las cosas malas o cuestionables, me alegra ver que hay personas que no perdieron la fé en la política, en los hombres que intentaron e intentan día a día formar un país mejor, más justo y honesto.
Espero nunca tener que vivir en un país que no esté en democracia, aunque a veces, por momento, me siento tan decepcionada por la situación actual argentina, que la palabra democracia pierde realmente su sentido.
No sé mucho de política, pero me parece que Alfonsín fue un hombre honesto que verdaderamente deseó modificar la historia argentina y dirigirla hacia el bien común de todos los ciudadanos.
martes, 31 de marzo de 2009
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