Estos días están buenos. El calor nos da un respiro, marzo siempre es un mes light. Algunos empiezan a trabajar, o vuelven de viaje o se van dentro de poco. Otros retoman la facultad. Si esto fuera una encuesta donde hay que tachar lo que corresponda, mi cruz estaría en el último casillero: hoy empiezo mi última materia de la carrera.
Sentada en mi balcón, computadora en falda, vecino que se parece a Gustavo Cordero a la derecha, miro pasar los autos, los 42 y la gente que viene y va por debajo de la sombra de los árboles y pienso.
A marzo lo voy a disfrutar porque lo quiero. En unos días empieza el otoño, estación más que adorable e ideal para cualquier actividad. Caminar 10 cuadras deja de significar llegar a destino pasada por agua, el sol lo disfruto a pleno porque no me hace doler la cabeza, puedo comer sin pensar que si como mucho después voy a sentir ese sofocón de panza llena-100º a la sombra. Las chicas nos rodeamos el cuello con esos pañuelos de colores y los chicos pueden usar buzos con capucha que quedan tan cancheros. Hay menos humedad y definitivamente viajar en transporte público se hace tantísimo más placentero.
Creo que me acabo de enamorar de marzo.
miércoles, 18 de marzo de 2009
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