martes, 10 de marzo de 2009

El vaso medio lleno

La mejor parte de tener este blog es que nadie sabe que lo tengo. En realidad sólo una persona (que no puedo asegurar que lo lea) y un tipo que dejó un comentario una vez (FYI: no lo entendí). Aislando estos dos casos, ningún conocido/amigo/padre/encargado/tutor sabe de la existencia de este espacio, aún. Tal vez en un tiempo se lo comente a alguien, tampoco es que estoy escribiendo la novela de mi vida. Ni cerca. Pero me pasa que a veces se me ocurren cosas sobre las cuales podría escribir. Y saber que si lo publico en un blog puede llegar a cualquier persona alrededor del globo, da una sensación de cosquilleo no-sé-porqué.
En la historia de mi vida nunca me fascinó escribir ficción. Escribí algunas cosas pero siempre me sentí más cómoda con las notas periodísticas. Me llevo mejor con las noticias, tomar datos de la realidad y transmitirlos de manera directa y clara: he aquí la periodista que intento ser. Sin embargo me picó un bichito y en unos días voy a empezar un taller de escritura creativa. Sé que no voy a reflotar una Clarice Lispector o una Marguerite Duras, pero guardo mis esperanzas.

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