viernes, 23 de octubre de 2009
With the guns blazing
No sé específicamente en qué momento accedí a ir a patinar. Si fue cuando me dijeron que mis piernas valían millones como las de Palermo (?) o por la promesa de que iba a haber muchos skaters o que justo ayer los mosquitos cantaron pido para el resto de los mortales. Pero de repente me encontré en el Rosedal, con calzas rayadas (voy a necesitar terapia), remera grandotota, colita alta y un indomable par de rollers. Yo, al lado de mi amiga, parecía que había pasado los últimos diez años de mi vida en silla de ruedas y esa era la primera vez que me levantaba. Yo, toda ochentosa, pidiendo que por favor me tome de la mano al menos la primera media vuelta. Y así fue como hablando a los gritos, con el aire por el piso y una concentración impecable (no me podía reir porque la risa debilitaba mis movimientos) dimos un par de vueltas muy divertidas. Todo venía bien (yo venía bomba), hasta que un señor mayor que corría decidió que quería cambiar de carril y literalmente se me tiró encima. Ante semejante shock y desequilibrio no tuve más opción que aferrarme a los brazos flácidos del viejecito para evitar la caida. Iuuu. Sí, iuuu. Como si el olor a chivo en el ambiente no fuera suficiente que tuve que tener contacto físico con uno de los participantes. Igual, más allá del evento desafortunado, la pasamos super genial y aunque hoy ya me quiero matar de dolor de piernas, espalda y trasero, tengo esa sensación de vuelta de viaje de egresados, esa en la que pienso: "Quiero volver siempre. Vengamos todos los días. Que no se corteeeeeeeeee" (vamos a ver cuanto dura).
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ja ja! super. y lo mejor de todo esto es sentir que podes ir a patinar un jueves, poque sí! qué buena vida! besos, loca!
ResponderEliminarLa buena vida ante todo. Este año, me lo tomo sabático de principio a fin! Saluditos amiga loca, que no decaiga la organización!
ResponderEliminarJajajaja... que lindo, que lindo. Yo quiero!
ResponderEliminarescribis muy bien muy
ResponderEliminarsiempre tuve envidia de mis primos porque todos tenian rollers y re sabian patinar y yo no... que te dure la sensación de querer volver a hacerlo!
Gracias Bruno, algunos dicen que escribo como hablo, hablaré bien entonces! Y ánimo, que nunca es tarde para calzarse los rollers y salir a patinar.
ResponderEliminarTe imagino colgada del señor mayor transpirado y me rio... el viejo debió pensar "que juventud perdida" jajaja.
ResponderEliminary confieso: estás un poquito loca, ja... y me gustó tu blog... hasta pronto.
que buen blog, te acabo de linkear.
ResponderEliminarFalta la foto en rollers, con cara de concentración...
ResponderEliminarTe invito a mi blog!
Saludos,
Linkeame que me gusta, parece que!
ResponderEliminarLa foto la debo, pero si están por Palermo chequeen alguna freak con la descripción acorde, that´s me!